Solo una vez al año se pueden gloriar los seminaristas al ser reconocidos como verdaderos ídolos de la comunidad, una lucha que comienza desde el ingreso al seminario y se mantiene constante hasta el día de la premiación donde un simple seminarista pasa a ser algo más que un joven con aspiración al sacerdocio; no hay palabras en este mundo para describir ese momento.
El final del curso se acerca y la ceremonia comienza a tomar forma , los rumores corren y unos cuantos ya se sienten ganadores, sin embargo la última palabra la tiene la comunidad y no todos pueden ser obtener el tan anhelado reconocimiento. Algunos de las aptitudes que se premian son: más destacado en estudios, el más amigable, el más chistoso, la revelación del año, el más carita, etc.
No se puede obtener la presea vestido como un simple joven, debido a esto todos debemos usar traje de gala y recibir a nuestros queridos profesores quienes nos acompañan a lo largo de toda la velada iniciando con una elegante cena y finalmente tras haber reconocido a los triunfadores de la noche, se unan a nuestra alegría y bailen al compás de la música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario